La educación emocional surge en el marco de la revolución emocional a mediados de los años noventa y se basa en la fundamentación de diversas aportaciones y marcos teóricos. Desde una perspectiva integradora, la educación emocional está conformada por la inteligencia emocional, las inteligencias múltiples, la teoría triárquica, la psicología positiva, las teorías sobre las emociones y la neurociencia.
La inteligencia emocional recoge conceptos clave de las competencias emocionales como la conciencia y la regulación emocional. Las inteligencias múltiples incluyen la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal, que son un referente de la inteligencia emocional. La teoría triárquica contempla las inteligencias: analítica, práctica y creativa y explica que una equilibrada integración de estas tres da lugar a una inteligencia exitosa. La psicología positiva se ocupa de potenciar las emociones positivas de las personas. Las teorías sobre las emociones han aportado conocimientos sobre las emociones. La neurociencia ha aportado conocimientos desde enfoques como el conductual y la neurofisiología.
Así mismo, las aportaciones desde la educación para la ciudadanía, la pro sociabilidad, el counseling, el coaching, y la logoterapia, han sido relevantes para una acción formativa eficiente de la educación emocional.
Este texto ha sido extraído del siguiente documento al que remitimos para más información y también para citarlo en caso de ser reproducido:
Bisquerra, R. (2019). Fundamentos de la educación emocional. Barcelona: RIEEB. (Documento interno). Disponible en: www.rieeb.com
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Autoría
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